Transitabamos la ruta que nos llevaba a Alta Gracia  por el camino de  las Altas cumbres de Córdoba,el paisaje era imponente,estabamos a altura, rodeados de precipicios con montañas y más montañas preciosas,valles coloridos,accidentes naturales prodigiosos,una inmensidad rica en colores,muy imponente,este video que pongo a continuación (que no es mio sino de la red) puede ubicarlos un poco de todo lo que nos rodeaba.








Mi niña pidió hacer pis,paramos en donde era más seguro y,allí estaban estas flores,pequeñas,sencillas,haciendo frente con su color y belleza a los gigantes de piedra.
Me encantó verlas,me parecieron perfectas y de inmediato capté con mi cámara este pedacito del paraiso,se veían frágiles pero intuyo que no lo son,ya que los vientos por allí son fuertes y ellas los soportan bien,admiro a la flor que crece en las orillas de las rutas,en la laderas de las montañas,en el desierto y en la piedra,ellas me enseñan que todo es posible,solo si se sabe resistir y sacar la belleza que uno tiene aun en los momentos dificiles,nadie nos puede privar de ser lo que somos,como a ellas nada las priva de ser las más hermosas flores del planeta.
Esta es la historia detrás de esta foto,lo que viví relacionado con ella,lo que ella me dejó al conocerla,es más después de sacar la foto nos pusimos los 4 a conversar sentados en la camioneta mirando el paisaje,cerramos los ojos y sentimos al viento quenos traía el canto de los pájaros y el ruido de los motores de los autos que venían mezclado con las voces de las gentes que paseaban como nosotros,fue lindissimo,un momento muy sencillo pero muy recordado por esta familia.

Comentarios

Josep ha dicho que…
Querida Isabel, los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros.
Para mí, una brizna de hierba no vale menos que la
tarea diurna de las estrellas,
e igualmente perfecta es la hormiga, y así un grano de
arena y el huevo del reyezuelo,
y la rana arbórea es una obra maestra, digna de
egregias personas,
y la mora pudiera adornar los aposentos del cielo,
y en mi mano la articulación más menuda hace burla
de todas las máquinas,
y la vaca, rumiando con inclinado testuz, es más bella
que cualquier escultura;
y un ratón es milagro capaz de asombrar a millones de
infieles.

Un beso.

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